La "casa baño"

Empezando el verano C.B. llegó contento y me dijo: “amorcito ya tenemos casa de playa”... Yo salté en un pie de la alegría, y casi de inmediato empecé a imaginarnos en nuestra casita en alguna playita del sur o nada más y nada menos que en “Eisha”, frente al mar, disfrutando del rico sol en la terraza con una chelita en mano.

Su hermano mayor, Javi, nos había prestado la casa, le había dicho a C.B. que recoja las llaves para que la podamos usar cuando queramos.

El día que fuimos a recoger las llaves de la casa de playa, Javi nos hizo una pequeña advertencia, nos dijo que el terreno de la playa era grande pero aún no habían podido construir todo así que provisionalmente habían hecho una pequeña casa de madera, pero que tenía todos los servicios básicos.....A nosotros eso nos pareció “suficiente”... Teníamos casita de playa para todo el verano y podíamos llevar a todos nuestros amigos, hacer parrillita y vivir un verano de PTM.

Fue un lunes en que los dos coincidimos en tener día libre y decidimos por primera vez ir a la casita, arreglamos nuestras cosas, cargamos nuestras provisiones chelísticas y como nuestro carro se había malogrado chapamos un taxi.

Al llegar a la playa estábamos emocionados, las casas eras “mostras”, pensamos que éramos súper suertudos por tener una casita en ese lugar, encima Javi nos había dicho que la casa quedaba frente al mar, en primera fila, que RICO, seguro que tenía una vista increíble!!!

Pasaron varios minutos y no encontrábamos la casita, el taxista se hartó de dar vueltas y tuvimos que bajar del carro antes de que suba mucho la tarifa. Pero seguimos nuestra búsqueda de la casita a pie.

Hasta que vimos una casa que podría ser la nuestra, era más pequeña que las demás y casi la intentamos abrir, pero antes de hacer “roche” y equivocarnos llamamos a Javi:

C.B. “¿Javier la casa es de color blanco?”
Javi: “Nooo... es media celeste, esa blanca es grandota a comparación de la nuestra”
C.B.: “¿Pero donde es?”
Javi: “Están cerca, vayan a la derecha y se van a dar cuenta porque es de MADERA”
C.B.: OK

Dimos unos pasos más y fue entonces cuando la vimos... Los dos nos quedamos con la boca abierta, teníamos la casita de playa frente a nuestros ojos y la primera sensación que tuvimos al verla fue “matarnos de risa” ...

Sin querer habíamos pasado frente a ella unos minutos atrás y habíamos pensado que era un puesto de chups. Pero no, no era así, era nuestra casita de playa, sin exagerar tenía un perímetro de 12 x 12 y la fachada era media celeste con unas flores de colores y para rematar la decoración algún desadaptado había hecho algún graffiti encima.

Al abrirla seguíamos riendo, lo primero que vimos fue la pequeña salita que tenía una mesita con sillas y un televisor, a la derecha había una pequeña cocinita con un cañito que parecía de juguete y una pequeña mesita para cocinar, atrás de la cocina estaba el baño completo, con su pequeña ducha que hasta tenía agua caliente y encima para no creerlo esa pequeña casa tenía un segundo piso, bueno en realidad era súper reducido, sólo entraba una camita, y tenías que

subir agachado porque parado no alcanzabas.

Los dos nos quedamos asombrados, realmente imaginamos que era algo pequeño pero nunca se cruzó por nuestra cabeza que la casita más bien era un “Kiosko de playa” ja ja ja. Y desde ese momento quedó bautizada como “La casa baño”.

Tal vez la “casa baño” no es la octava maravilla o la casa en “Eisha” con la que cualquiera sueña, pero realmente era suficiente, tenía de todo en miniatura (como para los pitufos, o como para mi je je por ser pequeñita) dudo que exista otra casita parecida, es una “curiosidad”. Veranear en la casa baño es realmente toda una anécdota, je je je

Ese día la pasamos increíble, tomamos todas las 12 chelas que habíamos llevado, comimos unos espectaculares choritos a la chalaca en la playita mientras conversábamos de todo y nos reíamos por todo (siento que ese día conocí mucho más de lo que en toda la relación conocí a C.B.).

Nos pusimos a jugar como chiquitos en la arena y luego a besarnos como grandes en el mini segundo piso de nuestra casita (ohhhh rico, rico)... Mi amor también aprovechó el día para engreírme y me compró un vestido playero mostro que un muchacho pasó vendiendo por ahí. Nos bronceamos de lo lindo, paseamos por la orilla del mar y sobretodo le tomamos harto cariño a nuestra “casa baño” que ahora creo que no cambiaríamos por nada.

Ahhh y no puedo dejar de mencionar que se nos pegó un perrito cocker sin dueño pero muy cariñoso al que llamamos “Brahma” en honor a las chelas que llevamos ese día, se quedó con nosotros hasta que nos fuimos, como nuestra mascota por un día.

Al regresar ni bien nos subimos al carro en la radio sonó nuestra canción “A punto de estallar”... (“será casualidad, una señal...”), mientras tanto ibamos recordando lo súper que nos había ido en la playita y para cerrar con broche de oro al bajar del carro había un cartel en frente a nosotros que decía “El día más bello, HOY” ...ja ja ja,
Aveces las cosas simples son las que llenan tu alma y tu corazón, pues a las finales no necesitamos una casa súper ficha, ni nada lleno de lujos para sentirnos en la gloria, para mi sólo fue suficiente tener a mi C.B. y estoy segura que para él sólo fue suficiente tenerme a mí.

C.W.

Pd.- Todos son bienvenidos a "La casa baño"